jueves, 28 de febrero de 2013

Sofí y las aves,

La mañana en que Sofia conoció por primera vez un ave estaba conmigo. La había llevado al patio de mi abuela a jugar y se me ocurrió meternos entre las plantas. Le enseñé que tienen olores y texturas y ella me respondía a todo con los gestos que hacia: cuando le pasaba una hoja grande de un helecho por la mejilla apretaba las manitas o su sonrisa después de oler una flor. Metimos las manos en la tierra y luego cuando no estaba mirando, ella arrojó un puñado de tierra hacia arriba e impresionada observó a la gravedad en acción. Se escondió de mi entre las plantas, confiada de que sus manitas cubriendo sus ojos la hacían inmune a cualquier cosa, estaba protegida. Mi pequeña Sofia ya va a cumplir dos añitos y yo quiero enseñarle todo el mundo, hasta las partes malas. Me levanto por ella, por mi hermana, por mi abuela y por cualquier persona que desee quitar un poquito de mierda del camino. Pero hay que empezar por aquí, por lo que esta en tus manos, sin esperar perfección. Hacerlo lo mas humanamente posible.

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